08 enero, 2012

Tenía su desenfrenada pasión tatuada en mi cuerpo. / Dakota & Mark.

Me despertó ella al levantarse de la cama y apartarme con cuidado de su lado. Entonces, el efecto de las copas de la noche anterior me golpeó con fuerza en las sienes, obligándome a contener un gemido para que la guapa chica que se alejaba de mi cama y de la que no recordaba el nombre no se diera cuenta de que me había despertado.
No había bebido tanto como para olvidar la fiesta, ni el coqueteo, ni el sexo. Espié a mi invitada entre las pestañas, simulando seguir en las redes del sueño, y descubrí que seguía siendo tan hermosa como la noche anterior. Esta vez, el tequila no me había jugado una mala pasada, alterando mi percepción hasta el punto de confundir belleza con simpatía.
Al mirarla mientras buscaba su ropa interior entre el desorden reinante en mi dormitorio, recordé sus manos en mi cuerpo y sus labios recorriéndome dulcemente la oreja, mientras yo me perdía en ella, una y otra vez. Sus manos apretándome con fuerza al morderme el lóbulo. Sonreí. Al principio había pensando que ella era dulzura, suavidad, que tendría de desfogar mi necesidad de cualquier modo. Pero, vaya que sí, las apariencias engañan. Tenía su desenfrenada pasión tatuada en mi cuerpo, con las marcas de sus dientes en el hombro y los arañazos en la espalda. No me había gustado, había sido mucho más que simplemente eso.
Una necesidad desconocida para mí de preguntarle su número me sorprendió, pero la desterré con un parpadeo, del que ella se dio cuenta.
Clavó su mirada en mí, mientras se abrochaba el sujetador, sin decir nada. El silencio incómodo se volvió insoportable y me obligué a decir algo.
-      Yo… Tú… Esto… ¿Tú? – No sabía cómo preguntarle su nombre sin quedar como el cabrón que realmente era.
-          Dakota. Puedes llamarme así. ¿Y tú eres…?
-       Mark – tartamudeé, incapaz de ocultar lo atónito que estaba. Me estaban dando a probar mi propia medicina y no podía discernir si me gusta o no.
-          Ah, sí. Genial.
Rebuscó un poco en un montón de ropa y soltó una exclamación triunfante al encontrar su tanga de encaje negro a juego con el sujetador. Mientras seguía buscando su vestido, aquel tan sensual que yo le había quitado bruscamente para descubrir lo antes posible su cuerpo desnudo, se recogió el largo cabello rubio ceniza en una coleta alta, con una destreza que demostraba práctica.
Por la forma en la que me había besado la noche anterior, estaba seguro de que también tenía práctica en otras actividades… más placenteras. No pude evitar rememorar la forma en que su cuerpo se acoplaba el mío, con sus piernas rodeándome las caderas y su aliento haciéndome cosquillas mientras la devoraba entera.
-          Esto… Dakota, ¿no? – Ella asintió, al tiempo que cogía el vestido del suelo. – Yo… quería decirte…
-         No hace falta  - se lo puso rápidamente y volvió a mirarme, ya completamente vestida y con los letales tacones de aguja en la mano. -  Sé lo que vas a decir y estoy de acuerdo. Fue solo sexo. No busco amor de larga duración ni que me pidas el número. Tampoco me hubiera importado no averiguar tu nombre ni que tú te molestaras en preguntarme el mío. Los dos buscábamos lo mismo anoche en el bar, igual que otras decenas de las personas que estaban allí. Tuvimos suerte al encontrarnos. Fue una buena noche, realmente… placentera. – La palabra vibró entre ambos casi de forma física.
Se calzó los zapatos, aumentando cinco centímetros del golpe. Se deshizo la cola, peinó su pelo con los dedos y volvió a recogérselo del mismo modo. Me sonrió.
-       Si tu ego necesita un empujón, te diré que este polvo entra en el ranking de los cinco mejores de mi vida. Me alegra que nos encontráramos. – Se mordió el labio, esperando alguna respuesta por mi parte. Yo no podía articular ni una sílaba, se me habían quedado las cuerdas vocales totalmente bloqueadas.
Finalmente ella desistió en su espera.
-       Me voy ya, llamaré un taxi cuando baje. Un placer conocerte. – Su sonrisa de nuevo. – Adiós, Mark.
   No me dio tiempo de procesar una despedida ni de llevarla a mis labios entumecidos de sus besos de la noche anterior. Y, cuando Dakota salió por la puerta dejándome en mi propia cama, totalmente desnudo, me di cuenta de que se había llevado con ella los restos de mi cordura.Y de que pensaba ir a recuperarla donde quiera que ella estuviese lo antes posible.

  Mañana habrá continación de este, para despedir a las vacaciones de Navidad desde mi blog. No, no tiene nada que ver con las fiestas ni tiene espíritu navideño ni nada de nada. Pero es que yo puedo ser muchas cosas, pero convencional te aseguro que no.
  El inicio de las clases me deprime hasta un punto casi sin retorno. Me he llegado a plantear ir a buscar alguien a quien arañar en la espalda en una cama que no conozca, pero, como siempre, me gana el miedo. Solo me queda suspirar y esperar que se me pase... el miedo.
  We found love. Esta en la canción de hoy, porque, de algún modo, se sincroniza con el significado de mi fragmento. 

2 comentarios:

  1. Yo tampoco sé porqué de repente, en los últimos párrafos, cambia la letra. Déjalo estar... xD

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  2. In a hopeless place, y no he mirado la letra, me la sé eh.
    Me gusta.
    Yellow diamonds in the ....

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