02 enero, 2012

My rainbow.


Rainbow:
Ya es la hora, pequeño arcoíris. Me marcho. Te dejo una carta en lugar de escuchar tu voz una vez más porque sé que si no, no podría soportarlo.
Me voy porque eso es lo que quiero. Nunca pienses que es por tu culpa, ¿vale? Jamás. Yo lo decidí mucho antes de conocerte y sabía que este momento llegaría. El tenerte en mi vida los cinco últimos años me ha hecho postergar el momento, porque no quería tener que decirte adiós.
Y aun no quiero, pero no puedo retrasarlo más. Mi cuerpo ya está cansado de soportar esta maldita enfermedad que me está corroyendo por dentro.
No te lo he dicho nunca porque sabía que insistirías, que me impulsarías a seguir luchando como llevo haciéndolo ya diez largos años. Y no puedo, no soy capaz de soportar el tratamiento más, aunque estuvieras ahí para cogerme la mano y para decirme que sin pelo también estoy guapa. Es mentira. La quimioterapia también me mataba, aunque de otra manera, una mucho más notable que el cáncer.
Él, en cambio, me va destrozando los órganos uno a uno. ¿Recuerdas que hace un par de semanas te diste cuenta de mi palidez? Bueno, él es la causa. Empezó en el páncreas, pero apenas tardó medio año en llegar al hígado. Fue cuando empecé a batallar contra él, pero es un enemigo demasiado duro. Volvió y con más fuerza que antes. Me gangrenó los pulmones y ahora está a punto de devorarme el corazón.
Espero que comprendas mi decisión. Ya no lo soporto. El dolor me obliga a ralentizar el ritmo, a doblarme por la mitad. Me corta la respiración. No quiero seguir sufriendo más, es una batalla que supe hace mucho que había perdido.
Siento no poder decirte todo esto delante de una taza de café caliente, mientras te miro a los ojos, pero es que creo que no podría verte llorar cuando lo sepas. Y sé que por mucho que te pida que no lo hagas, que no lamentes mi muerte con luto y tristeza, no serás capaz de remediarlo.
Eres la que me ha dado la fuerza necesaria para resistir estos últimos años y me alegro de haberte conocido durante las clases de yoga. Eres mi hermana pequeña, mi arcoíris lleno de color y vida. Sé que saldrás adelante cuando ya no esté, eres una superviviente. Por eso me gustas tanto, desprendes energía.
Solo te pido que vivas por mí, Rainbow, que disfrutes de esta experiencia única que es la vida por las dos. No tengas miedo; él solo te limitará, te impedirá conseguir tus metas. No te rindas. Solo pierdes cuando tú decides que así sea.
Y, si no es mucho pedir, no me olvides. Me alegraría saber que fui lo suficiente importante para dejar una muesca en el transcurso de tu vida.
La muerte no es el final del viaje, solo una parte más de él. Ahora al fin sabré que hay más allá de esto.
Te quiero.

Bueno, ya ha empezado un nuevo año. Pero yo sigo siendo la misma, sigo escribiendo con la melancolía en mis letras, aunque a veces la disfrace de romanticismo. Espero que el 2012 sea un buen año; lo que sé de seguro es que voy a seguir con el Blog. No subiré tanto como en este último Diciembre, pero me propongo subir (como mínimo) un par de entradas cada semana.
Gracias por leerme. Le voy a dedicar mis líneas, todas las que he compuesto en los últimos vestigios del 2011, a Marta. Por estar al otro lado de la pantalla siempre, dispuesta a subir mi ego con sus alabanzas (aunque yo le pida críticas). No te podría dar las gracias de mejor manera.

2 comentarios:

  1. scbsuhzbchbsr
    Muchas gracias, dios, dios, dios, cuando ya iba decidida a ponerte que bonito aunque triste veo eso y y y y y... Mi mejor regalo, gracias, de verdad. Así da gusto empezar el 2012!!!

    Y no te subo el ego, digo lo que creo.

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  2. Te lo mereces vaya! Eres la que se preocupa del blog, la que me comenta *_* Millones de gracias

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